Factores de protección y de riesgo.
La estrategia de prevención del consumo de alcohol y drogas supone fortalecer los elementos o variables que protegen a la persona del consumo, llamados factores de protección, y minimizar aquellos que pueden inducir o facilitar el consumo, llamados factores de riesgo, de acuerdo al diagnóstico que se haga en cada situación.
El diagnóstico debe ser específico con cada grupo. Esto implica la participación de los mismos trabajadores en la evaluación de sus propios recursos, fortalezas y debilidades, para focalizar de manera óptima las estrategias de prevención.
Factores de protección
Son aquellos que dan fortaleza emocional a la persona, favorecen su desarrollo y su inserción social, le permiten manejar adecuadamente las dificultades propias de su situación de vida, le facilitan enfrentar exitosamente los riesgos de consumir drogas, y pueden ser amortiguadores o moderadores de los factores de riesgo. La interacción entre ellos puede contribuir a reducir las probabilidades de que aparezcan problemas relacionados con el consumo de drogas.
El trabajo puede actuar como factor protector porque:
* Proporciona ingresos económicos que son vitales para la supervivencia, el desarrollo de las personas y la familia.
* Contribuye a satisfacer desde las necesidades básicas hasta las necesidades más superiores para las personas, como son la autorrealización y el reconocimiento.
* Otorga, a través del desempeño, la posibilidad de experimentar la iniciativa y la creatividad, lo que potencia y fortalece el desarrollo de las personas.
* Otorga beneficios de seguridad y previsión social, como atención de salud, protección ante accidentes, entre otros.
* Traspasa patrones culturales y valores de la organización, como son los hábitos, estilos de vida saludable, conductas de autocuidado, los que favorecen un desarrollo personal, familiar y social.
* Alimenta las relaciones interpersonales, lo que permite estimular el trabajo en equipo y las relaciones de colaboración y cooperación.
* Protege a las personas activas que se rehabilitan, convirtiendo la actividad laboral en un soporte que evita recaídas y apoya el proceso de reinserción laboral y social.
* Desarrolla habilidades y destrezas personales y laborales a través de la capacitación, que permiten enfrentar mejor los riesgos.
* El trabajo, para muchas personas, se convierte en una de las fuentes principales de gratificación y de desarrollo personal proporcionando un mundo de pertenencia, de intereses e identidad.
* El trabajo permite el desarrollo de relaciones humanas, de una red de apoyo, aprendizajes y la posibilidad de experimentar la creatividad, satisfacción y entretención.
La estrategia de prevención del consumo de alcohol y drogas supone fortalecer los elementos o variables que protegen a la persona del consumo, llamados factores de protección, y minimizar aquellos que pueden inducir o facilitar el consumo, llamados factores de riesgo, de acuerdo al diagnóstico que se haga en cada situación.
El diagnóstico debe ser específico con cada grupo. Esto implica la participación de los mismos trabajadores en la evaluación de sus propios recursos, fortalezas y debilidades, para focalizar de manera óptima las estrategias de prevención.
Factores de protección
Son aquellos que dan fortaleza emocional a la persona, favorecen su desarrollo y su inserción social, le permiten manejar adecuadamente las dificultades propias de su situación de vida, le facilitan enfrentar exitosamente los riesgos de consumir drogas, y pueden ser amortiguadores o moderadores de los factores de riesgo. La interacción entre ellos puede contribuir a reducir las probabilidades de que aparezcan problemas relacionados con el consumo de drogas.
El trabajo puede actuar como factor protector porque:
* Proporciona ingresos económicos que son vitales para la supervivencia, el desarrollo de las personas y la familia.
* Contribuye a satisfacer desde las necesidades básicas hasta las necesidades más superiores para las personas, como son la autorrealización y el reconocimiento.
* Otorga, a través del desempeño, la posibilidad de experimentar la iniciativa y la creatividad, lo que potencia y fortalece el desarrollo de las personas.
* Otorga beneficios de seguridad y previsión social, como atención de salud, protección ante accidentes, entre otros.
* Traspasa patrones culturales y valores de la organización, como son los hábitos, estilos de vida saludable, conductas de autocuidado, los que favorecen un desarrollo personal, familiar y social.
* Alimenta las relaciones interpersonales, lo que permite estimular el trabajo en equipo y las relaciones de colaboración y cooperación.
* Protege a las personas activas que se rehabilitan, convirtiendo la actividad laboral en un soporte que evita recaídas y apoya el proceso de reinserción laboral y social.
* Desarrolla habilidades y destrezas personales y laborales a través de la capacitación, que permiten enfrentar mejor los riesgos.
* El trabajo, para muchas personas, se convierte en una de las fuentes principales de gratificación y de desarrollo personal proporcionando un mundo de pertenencia, de intereses e identidad.
* El trabajo permite el desarrollo de relaciones humanas, de una red de apoyo, aprendizajes y la posibilidad de experimentar la creatividad, satisfacción y entretención.
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